¿Cómo cambia la educación con la LOMLOE? Más competencias, menos teoría (pero, ¿es suficiente?)

Si pensamos en educación, lo primero que nos viene a la cabeza es el colegio. Aunque hay otras organizaciones educativas pero la escuela sigue siendo el centro de la educación. Y es ahí donde se juega gran parte del futuro de la enseñanza.

Desde hace unos años, estamos viendo un cambio en la forma en que se plantea la educación en España. Con la LOMLOE en vigor, el sistema busca alejarse de un modelo tradicional basado en memorizar datos para apostar por el desarrollo de competencias. La idea es que los estudiantes no solo sepan cosas, sino que sepan hacer cosas con esos conocimientos.

¿Qué significa realmente enseñar por competencias?

La palabra "competencia"  es algo bastante claro: se trata de aprender de manera que el conocimiento tenga aplicación en la vida real. Ya no es solo cuestión de saber la teoría, sino de ser capaz de usarla.

Por ejemplo, en lugar de aprender las reglas gramaticales de memoria, lo importante es saber comunicarse bien, adaptar el lenguaje al contexto y argumentar con coherencia. En matemáticas y ciencias, no basta con hacer ejercicios mecánicos, sino que hay que entender cómo aplicar esos conceptos para resolver problemas reales. Y con la competencia digital, no se trata solo de saber usar un ordenador, sino de comprender cómo funciona Internet, evaluar información y proteger nuestros datos.

Pero el dilema que vemos y en clase hemos estado la gran mayoría de acuerdo es : ¿tenemos los medios para hacer que este cambio sea real?

El cambio de enfoque educativo no es algo que se logre de la noche a la mañana. Para que funcione, hay varios desafíos que no podemos ignorar:

Formación docente: No podemos esperar que los profesores enseñen de manera diferente si no han recibido la formación adecuada. Si queremos que pasen de ser meros transmisores de contenido a diseñadores de experiencias de aprendizaje, necesitamos darles herramientas, tiempo y apoyo.

Recursos en los centros: ¿De qué sirve hablar de innovación si las escuelas siguen sin ordenadores suficientes, con aulas masificadas y con horarios que apenas dejan espacio para metodologías activas?

Evaluación adaptada al nuevo modelo: Si seguimos con exámenes basados en repetir información, no estamos fomentando el aprendizaje por competencias. La evaluación debería centrarse en proyectos, en la resolución de problemas y en la aplicación práctica del conocimiento.

Desigualdad digital y social: No todos los estudiantes tienen acceso a la tecnología en sus casas ni el mismo apoyo familiar. Si la educación va a ser más digital y más enfocada a proyectos, hay que pensar en cómo evitar que esto aumente la brecha educativa.

¿Hacia dónde vamos? Educación y futuro laboral

Otro aspecto clave es la conexión entre la educación y el mundo laboral. En un momento en que la inteligencia artificial y la automatización están cambiando la forma en que trabajamos, ¿estamos preparando realmente a los estudiantes para los empleos del futuro?

Las habilidades más demandadas en 2025 no son solo técnicas, sino también creatividad, pensamiento crítico, trabajo en equipo y capacidad de adaptación. ¿Está la educación alineada con esto? ¿O seguimos enseñando como si el mundo no hubiera cambiado en los últimos 30 años?

La LOMLOE es un paso, pero no la solución mágica

Que la educación evolucione hacia un modelo más competencial es una buena noticia. La LOMLOE marca un camino, pero el verdadero desafío es llevarlo a la práctica. Si no se invierte en formación docente, en infraestructuras y en una evaluación adecuada, todo esto quedará en intenciones bonitas pero poco efectivas.

El cambio real en la educación no vendrá solo de una ley, sino de cómo la aplicamos en el aula, de los recursos que destinemos a ello y de cómo preparamos a los estudiantes para un mundo en constante transformación. 


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